jueves, 10 de julio de 2014

El Gran Canal de China, el canal artificial más largo del mundo


No hay en todo el mundo una obra de ingeniería civil relacionada con el agua que haga sombra al Gran Canal de China. Es el canal artificial más largo que hay en el planeta, con sus 1.794 kilómetros. Es también conocido como Gran Canal Pekín-Hangzhou, debido a que esas dos son las ciudades chinas que conecta. El origen de esta gigantesca obra data nada menos que del año 605, y fue una orden del emperador Yang Guang, de la dinastía Sui. En su curso, cruza las provincias de Hebel, Shandong, Jiangsu y Zhejiang, uniendo los ríos Amarillo y Yangtze.

Esta obra, reconocida por la UNESCO y enorme atractivo turístico del país, se divide hoy en siete secciones: Jiangnan, Li, Zhong, Lu, el canal Sur, el canal Norte y el río Tonghui. Aunque el canal estuvo completamente operativo hasta el siglo XIX, actualmente sólo un tramo es navegable debido a que las modificaciones que se fueron haciendo en la estructura produjeron inundaciones y un severo deterioro. Por ello, el uso primordial de algunos tramos es el de contener aguas residuales, o incluso para transportar materiales como el carbón. Se calcula que estas aguas acogen el tránsito de unos 100 millones de toneladas de carga al año. A los largo de sus más de 1.700 kilómetros se distribuyen 24 compuertas y 60 puentes.

La segunda obra de estas características más larga del mundo es el Canal Karakum, en Turkmenistán. Sus 1.375 kilómetros hacen de este el canal más largo de irrigación y suministro de agua que se mantiene completamente operativo. Su construcción se extendió entre 1954 y 1988, transportando 13 kilómetros cúbicos de agua al año del río Amu-Darya atravesando el desierto de Karakum. Se estima que las deficiencias que sufre hace que se pierda aproximadamente la mitad del agua que transporta por las fisuras en su construcción, lo que ha provocado que surjan lagunas alrededor de su curso y una excesiva salinización de la tierra. El Karakum es también responsable de la radical reducción del mar de Aral hasta perder el 80 por ciento de su volumen.

En la tercera posición de este ránking está el canal de Saimaa, que se encuentra en Rusia y Finlandia. Sus 814 kilómetros de extensión conectan el lago finlandés del mismo nombre y el Golfo de Finlandia. Fue construido en el siglo XIX, entre 1845 y 1856. Al poco de cumplir cien años, en la segunda mitad del siglo XX, se amplió para llegar a conectar mediante canales interiores un total de 120 lagos. La estructura, atravesada por doce puentes para vehículos motorizados y otros dos para la línea de ferrocarril, presenta un gran desnivel, compensando con otro esclusas de entre 5,5 y 12,4 metros. Otra de sus peculiaridades de este lago es que da nombre a una de las pocas especies de foca de agua dulce.

Continuando con el ránking de los diez canales artificiales más largos del mundo, en la cuarta posición está el canal Eurasia (700 kilómetros, conecta el Mar Caspio y el Mar Negro); en la quinta, el Canal de Erie (584 kilómetros en la zona de los Grandes Lagos norteamericanos); en la sexta, el Grand Union (sus 461 kilómetros unen Londres y Birmingham); en la séptima, el Nara (364 kilómetros en Pakistán); en la octava el canal de Ródano-Rin (349 kilómetros que unen estos dos ríos franceses, conectando el mar del Norte y el Mediterráneo); en la novena, el canal Marne-Rin (tambiénm en Francia, de 313 kilómetros); y cierra esta lista en la décima posición el canal Leeds-Liverpool (204 kilómetros que atraviesan los Peninos, la cordillera conocida como la espina dorsal de Inglaterra).

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