jueves, 19 de diciembre de 2013

El proyecto MELiSSA: cómo generar agua en el espacio


El agua es un bien natural que la humanidad aún no ha conseguido reproducir de una manera artificial. Pero para solucionar este problema no dejan de estudiarse vías. Una de ellas, al menos una parte de la iniciativa, es el proyecto MELiSSA. Este nombre es el acrónimo de Micro-Ecologial Life Support System Alternative, lo que traducido al español sería Sistema Alternativo de Soporte de Vida Micro-Ecológico. Este proyecto arrancó desde la Agencia Espacial Europea en el año 2009 para estudiar el funcionamiento de los ecosistemas artificiales y, al mismo tiempo, desarrollar la tecnología necesaria que permita crear un soporte de vida que facilite misiones espaciales tripuladas de larga duración, como por ejemplo el establecimiento de una base en la Luna o el ansiado viaje tripulado a Marte que por ahora sólo forma parte de las historias de ciencia ficción.

Pero este proyecto puede ayudar a objetivos mucho más terrenales y uno de ellos tiene que ver con la escasez de agua. En MELiSSA trabajan científicos belgas (de la Universidad deGante, la SCK y VITO), franceses (de la Universidad de Clermont-Ferrand y SHERPAEnginerring), canadienses (de la Universidad de Guelph) y españoles. Estos últimos están dirigidos por Francesc Gòdia, profesor de Ingeniería Química de la Universidad Autónoma de Barcelona. En declaraciones a El Confidencial, Gòdia se mostró convencido de que los éxitos del proyecto ayudarán a paliar, al menos parcialmente, problemas como la escasez de alimentos por la pobreza del terreno de cultivo o la falta de agua potable.

"La visión de la investigación no debe ser únicamente a corto plazo, sino que debe combinarse con elementos a largo plazo, que por el hecho de que son más exigentes y difíciles de realizar van a exigir un mayor esfuerzo de innovación y por tanto un mayor potencial de elementos realmente rompedores", explicó. Lo que se busca en el proyecto MELiSSA es la recuperación de la biomasa comestible a partir de los residuos, del dióxido de carbono y de los minerales usando la luz como fuente de energía para favorecer la fotosíntesis biológica. El experimento, que todavía tardará algunos años en dar resultados para su objetivo principal de sostener la vida en misiones espaciales, se realizará en una nave industrial en las afueras de Barcelona, que sirve como planta piloto para la investigación.

Lo que se está buscando en este proyecto es la creación de un ciclo ecológico cerrado en el que se puedan producir alimentos, regenerar una atmósfera respirable, potabilizar el agua y, al mismo tiempo, tratar los residuos. Para el proceso son necesarios cinco compartimentos. Pasando de uno a otro, las bacterias procesan los residuos orgánicos sin luz ni oxígeno para convertirlos en ácidos grasos volátiles, amonio y minerales. Estos pasan a ser dióxido de carbono y minerales, que después se convierten en nitratos, principal fuente del nitrógeno de las plantas del cuarto compartimento, que son las que generan el oxígeno y el agua por medio de la fotosíntesis y la transpiración. En la prueba piloto de MELiSSA, el quinto compartimento no lo ocupan seres humanos sino ratas. Y si el proyecto tiene éxito, la Humanidad estará un poco más cerca de encontrar vías de que el agua deje de ser un problema en ciertas zonas del planeta.