jueves, 20 de febrero de 2014

Consejos para ahorrar agua en casa


El ahorro de agua es esencial. Lo es, por supuesto, por razones medioambientales, puesto que el agua es un bien irremplazable en la naturaleza y no existe un sustituto en el consumo humano. Pero lo es también por cuestiones económicas, algo que se ve especialmente en situaciones de crisis como las que vivimos actualmente. El recibo del agua es uno de los más importantes en el hogar, y por eso siempre es útil saber en qué ámbitos se puede economizar con bastante facilidad. Aunque el cálculo de los litros de agua que se pueden ahorrar es muy variable y depende del uso que haga cada persona, aquí van unos consejos en diez campos cotidianos en los que se puede lograr la misma efectividad con menos agua.

· La ducha. Una de las medidas de ahorro más conocidas es la sustitución del baño por la ducha. Hay cálculos de todo tipo, pero algunos hablan de un ahorro de hasta 30.000 litros anuales. Ayuda reducir el tiempo de la ducha y dejarlo en unos cinco minutos, un tiempo suficiente, o cerrar el grifo mientras nos enjabonamos. Como medida auxiliar, en la playa se puede prescindir del uso de las duchas comunitarias y realizar esta tarea en casa o en el hotel.

· La cisterna del inodoro. Cuando se utiliza el inodoro, no siempre es necesario vaciar la cisterna para mantener las mínimas normas de higiene. Muchos inodoros ya tienen un sistema de doble capacidad que permite ajustar su uso, pero para los más antiguos hay una solución casera muy práctica: colocar dos botellas cerradas dentro de la cisterna que dejen su capacidad aproximadamente en la mitad. Además, es útil tener una papelera en el servicio, para así no dar ese uso al inodoro.

· Los grifos y el aseo. Es importante arreglar cuanto antes las fugas que se detecten en grifos y cañerías. Si de alguno de ellos salen diez gotas por minuto, estamos desperdiciando 5.000 litros de agua al año. Si cerramos el grifo mientras nos lavamos los dientes, podemos ahorrar entre cinco y quince litros. Si lo hacemos durante el afeitado, se puede evitar el despilfarro de hasta 400 litros a la semana.

· El riego. Para regar nuestras plantas, tiestos y jardines, lo mejor es escoger las primeras o las últimas horas del día. Si lo hacemos en las horas de sol, en las de mayor calor del día, hasta el 30 por ciento del agua que usamos se evapora sin haber cumplido su función. Además, es importante tener plantas autóctonas, porque al estar adaptadas a nuestro clima consumen menos agua.

· Lavadora y lavavajillas. Estos aparatos consumen una gran cantidad de agua, por lo que es importante no usarlos hasta que no se hayan llenado. Cuando estos aparatos tienen la etiqueta ecológica y de eficiencia A, pueden llegar a ahorrar hasta el 50 por ciento, tanto de agua (hasta unos 3.700 litros al mes) como de electricidad. En el caso del lavavajillas también es aconsejable aclarar los platos antes de introducirlos para poder usar así programas económicos con buen resultado y no colocar en su interior grandes utensilios que se puedan lavar a mano. El lavavajillas, eso sí, ahorra un diez por ciento con respecto al lavado manual.

· Descongelar alimentos. Todavía es una práctica extendida la de descongelar alimentos mediante el agua del grifo. Cada vez que se hace se despilfarran quince litros de agua. Siendo previsores, podemos descongelarlos colocándolos en la nevera, e incluso sin serlo puede bastar con un tiempo sobre la encimera de la cocina. Para casos urgentes, los microondas tienen ya desde hace años integrada la función descongeladora, aunque en esta caso consumimos una energía que puede considerarse innecesaria.

· El lavado del coche. Lo mejor es acudir a lavaderos automáticos, los que hay en cualquier gasolinera o estación de servicio, que ya están adaptados para el uso eficiente del agua. Y si es posible, mejor ir a uno que utilice agua reciclada, porque el ahorro de líquido es aún mayor. En caso de que lavemos el coche en nuestra plaza de garaje o en la calle, es mucho mejor hacerlo con un cubo que con una manguera, porque el ahorro así puede ser enorme: con el cubo se pueden gastar unos 40 litros y con la manguera unos 500.

· Aire acondicionado. Los aparatos de refrigeración también nos dan una posibilidad de darle al agua un doble uso. Si se tiene la opción de recoger el agua condensada por el aparato durante su uso, y aunque este líquido no es apto para el consumo humano por la falta de minerales, ésta se puede reutilizar por ejemplo para el riego de las plantas. Sin cloro y sin cal, es muy similar al agua de lluvia. Con este sistema, se pueden conseguir unos diez litros de agua.

· Calentar o enfriar el agua. Cuando queremos que esté caliente para el aseo, dejamos correr el agua, desaprovechando una importante cantidad que se puede recoger en cubos o barreños para darle otro uso. Cuando queremos que salga fría para su consumo, hacemos lo mismo. Esto último se puede evitar muy fácilmente, teniendo siempre una botella de agua en el frigorífico.

· Dispositivos ahorradores. Todos los grifos de la casa son susceptibles de tener un dispositivo que reduzca el consumo. Los reductores de caudal limitan el flujo pero mantienen la presión. Los atomizadores mezclan el agua con aire manteniendo la misma sensación pero usando menos líquido. Estos aparatos no tienen un coste muy elevado y se pueden encontrar por menos de diez euros y el ahorro puede llegar a ser de hasta el 50 por ciento.