jueves, 11 de septiembre de 2014

Energía y agua, tema central de la World Water Week 2014 de Estocolmo


Estocolmo, en Suecia, acogió entre el 31 de agosto y el 5 de septiembre la 24ª edición de la World Water Week, la Semana Mundial del Agua. Las jornadas de este año batieron el récord de asistencia, con más 3.000 participantes procedentes de 140 países en los numerosos foros y conferencias que formaron parte del evento. Como todos los años, la organización corrió a cargo del Stockholm International Water Institute, una plataforma en la que colaboran más de 200 organizaciones. Esta cita, una de las más importantes que afectan al agua en todo el mundo, comenzó a celebrarse en el año 1991 y asumió oficialmente el nombre de World Water Week en 2001. Cada edición está centrada en una materia, y la de la edición de 2014 era la relación entre la energía y el agua.

"A menos que se apuntale el suministro seguro de energía y agua, no podremos tener una sociedad altamente productiva”, dijo el profresor Briscoe, de la Universidad de Harvard y Premio Laureate en la edición de 2014 de la World Water Week. “Hace cuarenta años, China decidió que la única salida de la pobreza era convertirse en una sociedad altamente productiva, y en el corazón de este asunto estaba la búsqueda de agua y energía”, añadió. “¿Cómo se puede reducir la pobreza en el mundo sin acceso a la energía? No es posible”, dijo el doctor Kandeh Yumkella, representante especial de la ONU en materia de energía. Según explicó, uno de los desafíos actuales es mantener los lazos entre agua, energía y producción de comedia en las estrategias de los países en desarrollo.

Torgny Holmgren, director ejecutivo del Stockholm International Water Institute, coincidió con Yumkella teniendo en cuenta que las previsiones hablan de un crecimiento del 55 por ciento en la demanda de agua entre los años 2000 y 2050 y que la de energía crecerá al 50 por ciento sólo en la próxima década. “Toda solución a los desafíos del agua ha de ser una solución local”, aventuró el profesor Briscoe, convencido de que “una solución para Estocolmo no es una solución para Malmö, como una para Malomö no sirve para Mumbai”.

Una encuesta realizada por Global Electricity Iniciative (GEI), que se dio a conocer en el marco de estas jornadas, revela que la escasez de agua es la segunda mayor preocupación para los altos ejecutivos de las compañías energéticas que operan a nivel mundial, citada por el 60 por ciento, y sólo por detrás de la la carencia de suelo, apuntada por el 75 por ciento. “Todos sabemos que habrá que luchar por la disponibilidad de agua en el futuro y necesitamos actuar ahora para establecer la prioridad de quiénes pueden usarla antes de que sea demasiado tarde”, explicó Philippe Joubert, presidente del GEI.

En la World Water Week se puso de manifiesto que no hay ningún mecanismo de control de la seguridad del agua que bebemos a nivel mundial y eso provoca que haya unos 1.800 millones de personas que consuman agua contaminada. “Cuando los gobiernos te dicen que son unos héroes de los Objetivosde Desarrollo del Milenio (de la ONU) porque han reducido a la mitad el número de personas sin acceso a agua y sanidad les digo que no es suficiente”, explicó Catarina de Albuquerque, enviada especial de Naciones Unidas para la seguridad del agua potable, porque, según explicó, no se mide la calidad de esa agua que se consume, sólo su impacto. “Eso justifica la inacción, como si el gobierno pensara que no hay nada más que hacer cuando alcanza el objetivo”, añadió.


El doctor Birguy Lamizana puso el énfasis en la importancia de que se deje de percibir la inversión en el trato de aguas residuales como “una pérdida de dinero y energía sin compensación” porque, recordó, “cuanto más se reutilice el agua residual, más se libera el agua fresca y más trabajo se crea”. Más sobre agua y energía, se habló sobre los efectos que el fracking puede tener sobre el suministro de agua, dado que hay muchos más países incentivando la extracción de gas que los que están prohibiendo esta práctica. “Su desarrollo comercial sólo se ha producido en Estados Unidos y Canadá”, explicó Paul Reig, representante del World Resources Institute, que recordó que el 84 por ciento de las reservas de gas se encuentran fuera de esos dos países norteamericanos y que “el 38 por ciento de los países con las mayores reservas están en áreas con una gran presión sobre el agua”.