A propuesta del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente que dirige Miguel Arias Cañete, el Consejo de Ministros del
pasado viernes 21 de junio dio luz verde al Real Decreto del Plan Hidrológico
de la parte española de la demarcación hidrográfica del Duero, la mayor de la
Península Ibérica (80.000 kilómetros cuadrados) y la que más caudal aporta
(12.400 hectómetros cúbicos al año). El ministro no estuvo en la rueda de
prensa posterior a la reunión que se celebró en La Moncloa, dado que temía el tema estrella, la reforma de las Administraciones Públicas, y éste absorbió toda la atención de la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y
del titular de Hacienda, Cristóbal Montoro. No obstante, en la referencia de
dicho Consejo de Ministros están los datos esenciales de lo aprobado.
El Gobierno ha presupuestado 1.497 millones de euros para la
zona, un dinero que aportarán las diferentes administraciones involucradas en
su gestión. De ellos, 371 millones se destinarán a saneamientos, 360 a
modernizar los regadíos y 351 a infraestructuras hidráulicas. Entre estas
últimas están la finalización de la presa burgalesa de Castrovido y las
palentinas de Las Cuevas y Villafría, además de la construcción de 7 nuevos
embalses de capacidad inferior a los 140 hectómetros cúbicos que se ubicarán en
los sistemas más deficitarios de la cuenca, como son el Órbigo, el Carrión y el
Cega-Eresma-Adaja. En cuanto a los saneamientos, el objetivo es reducir los
vertidos de aguas residuales y la contaminación difusa y que en 2015 haya 340
masas de agua en buen estado, un 60 por ciento más que ahora.
El mismo día que el Gobierno aprobó el Plan, el presidente
de la Confederación Hidrográfica del Duero, José Valín, estaba de visita en el
municipio leonés de La Bañeza. Allí defendió el Plan Hidrológico en su conjunto, pero sobre todo la construcción de dos embalses en
los parajes de la Rial y los Morales. "Aunque se modernizará todo el
regadío, la capacidad del pantano de Los Barrios de la Luna no sería suficiente
para asegurar la campaña de riego", dijo. Valín recordó que la inclusión
de estas infraestructuras en el Plan Hidrológico aprobado por el Consejo de
Ministros no es una luz verde definitiva, ya que los proyectos aún tienen que superar el
informe de impacto ambiental, cosa que no sucedió en esta misma cuenca hace 16 años
con el embalse de Omaña.
En la junta de Gobierno de la Confederación Hidrográfica del Duero están representados cinco ministerios (Agricultura, Alimentación y
Medio Ambiente; Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad; Industria, Energía y
Turismo; Economía y Competitividad; y Hacienda y Administraciones Públicas),
las comunidades autónomas afectadas (Castilla y León tiene siete vocales,
Cantabria, Castilla-La Mancha, Galicia y La Rioja uno cada una), las
poblaciones, los regadíos, las empresas hidroeléctricas, el comisario de aguas,
el director técnico, el jefe de la Oficina de Planificación Hidrológica y el
secretario general del organismo (con voz, pero sin voto).
Con el de la Confederación Hidrográfica del Duero, el actual
Gobierno ya ha aprobado diez Planes Hidrológicos. Los otros nueve son el del
Cantábrico Oriental, el del Cantábrico Occidental, el del Guadiana, el del
Guadalquivir, el del Miño-Sil, el de Galicia-Costa, el del Tinto-Odiel-Piedras,
el del Guadalete-Barbate y el de las Cuencas Mediterráneas Andaluzas. Este
mismo verano el Consejo del Agua analizará borradores para las demarcaciones
del Ebro, de Baleares, de Ceuta y Melilla, con el fin de aprobarlos antes de
que acabe el año. El presidente de la Federación Nacional de Comunidades de Regantes (FENACORE), Andrés del Campo, pidió que se agilicen todos los límites,
puesto que cada mes de retraso supone sanciones de Bruselas de en torno a unos 7 millones de euros por incumplir los plazos previstos.